EL VOLUNTARIADO DE MIS SUEÑOS

VOLUNTARIADO EN NEPAL

“Un objetivo sin un plan, es solo un sueño.”

Esta frase, resonó en mi enormemente tras leerla de forma casual mientras ojeaba “El Principito”; y es que, hacía ya unas semanas, desde que descubrí que solo sería plenamente feliz si algún día me fuese de voluntariado; me valía cualquier sitio del mundo, solo me bastaba con saber que allí ayudaría, aunque fuese solo un poco. Tenía que hacer esto no solo por toda esa gente que requiere desesperadamente del cariño y atención de una mano amiga, sino extrañamente porque yo también lo necesitaba. Fue ese entonces mi objetivo durante varios largos meses, pero aun no tenía plan; y no sabia por dónde empezar a buscar.

 

Fue un martes de invierno, cuando navegando por la red, me topé con la asociación VientoNorteSur. Creada en 2012 y con grandes éxitos a sus espaldas; esta, me dio esperanza al ver que quizá había encontrado la pieza central que me faltaba. Con la ilusión restaurada y más ganas que nunca, investigué los programas y actividades que tenía. Descubrí una entrada que fue perfecta, un voluntariado en “Happy Children Home situado en Panaulti, Nepal, a las afueras de Katmandú. Este, es un orfanato dirigido por un matrimonio y su hija que se encarga de proporcionar necesidades básicas a 14 niños y niñas, que ahora puedo decir, eran maravillosos. 

 

 

Voluntariado en Nepal

Tres meses después, ahí estaba; sentada al lado de Indira, explicándole cómo se multiplica por dos dígitos. Sus ojos verdes me miraban embobada intentando entender-“Me gusta más sumar”- me dijo un pelín hastiada, me reí y levanté la cabeza de mi pequeña alumna para mirar el embriagador paisaje que tenía delante, suspiré, me sentía tan bien. Los pájaros piaban libres por el cielo y el viento ondeaba las hojas de los arboles. Se respiraba calma, tranquilidad, por lo menos hasta que a los niños no les daba un ataque de risa o me ponía a jugar con ellos. Hice todo lo que me mandaron, la tareas iban desde limpiar las habitaciones y los baños, a irnos de excursión por el monte con un dholak y aprender de la naturaleza, hasta montarles un cine de verano improvisado.

 

No hablo por mi sola, cuando digo, que todos los adultos responsables que estábamos ahí, nos fuimos con el corazón más grande. Teníamos una sensación en el pecho tan pesada el día de vuelta que, por un momento, fui incapaz de subirme al avión. Fueron las cinco semanas más apasionantes y enriquecedoras de mi vida. 

 

VientoNorteSur, fue el trampolín que necesité para vivir mi mejor experiencia hasta la fecha, con la mejor compañía que alguien podría desear. Por lo que recomiendo esta organización para aquella persona que se quiera ir de voluntariado o hacer cualquiera de las muchas otras actividades que proponen. En definitiva, no tengáis miedo a arriesgar y convertir vuestros sueños en objetivos cumplidos; yo lo conseguí.

 

 

 

Cómo ayudar

Si no tenéis la oportunidad de viajar, pero os gustaría ayudar a que estas personitas vivan un poco mejor; Os ruego, ayudéis con alguna donación, de esta forma tan sencilla, niños como mi queridísima Indira, pueden tener una vida y futuro mejores, gracias a vosotros.      


VOLUNTARIADO-EN-NEPAL/alt.