Experiencia de voluntariado en Marruecos

¡Comenzamos!

Durante mi experiencia de voluntariado con la Asociación Viento Norte Sur en Marruecos, tuve la oportunidad de trabajar con niños huérfanos en varios pueblos del país. La experiencia fue una de las más enriquecedoras que he tenido en mi vida y me permitió ver la importancia del trabajo en equipo y la ayuda mutua en situaciones de dificultad.

La asociación se dedica a mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas huérfanos en Marruecos, proporcionándoles un hogar, educación y atención médica. Durante mi estancia, trabajamos con niños de diferentes edades y orígenes, y fue emocionante ver cómo la asociación se esforzaba por satisfacer las necesidades de cada uno de ellos.

 

¿Qué hicimos?

En cada pueblo que visitamos, nos encontramos con una situación diferente y tuvimos que adaptarnos rápidamente. La mayoría de los niños que conocimos eran huérfanos de padres que habían fallecido por enfermedad o accidente, y muchos de ellos tenían hermanos que también necesitaban ayuda. Fue un reto emocional trabajar con estos niños, pero ver su sonrisa y alegría fue un gran incentivo para seguir adelante.

En un pueblo llamado Beni Mellal, conocí a una niña llamada Samira que había perdido a sus padres en un accidente de coche. Ella y su hermana menor vivían en condiciones muy precarias, en una casa sin agua corriente ni electricidad. La asociación les había proporcionado un hogar, pero todavía necesitaban mucha ayuda. Me conmovió mucho ver la fuerza y la determinación de Samira a pesar de todo lo que había pasado. Trabajamos juntos para mejorar su situación, y fue una experiencia muy gratificante ver cómo poco a poco la situación de la familia mejoraba.

 

Segunda parada.

En otro pueblo llamado Ouarzazate, trabajamos con un grupo de niños que habían perdido a sus padres por enfermedades relacionadas con el agua contaminada. La asociación estaba trabajando para proporcionarles agua limpia y educación sobre cómo mantenerla limpia. Fue increíble ver cómo los niños aprendieron rápidamente y estaban emocionados de compartir lo que habían aprendido con sus familias y amigos. Fue una experiencia maravillosa ver cómo los niños podían ser agentes de cambio y trabajar juntos para mejorar sus comunidades.

En cada uno de los pueblos en los que trabajamos, la asociación trabajó en colaboración con la comunidad local para asegurarse de que estábamos satisfaciendo las necesidades de los niños y de la comunidad. Me impresionó mucho ver la forma en que la asociación trabajaba en estrecha colaboración con la comunidad para asegurarse de que los recursos se utilizaran de la manera más efectiva posible.

 

Se acabó.

Durante mi tiempo con la asociación, aprendí mucho sobre la cultura marroquí y la importancia de la ayuda mutua. Vi la forma en que la comunidad se unía para ayudar a los niños y cómo la asociación trabajaba incansablemente para mejorar las condiciones de vida de los más necesitados.

En resumen, esta experiencia de voluntariado con la Asociacón Viento Norte Sur ha sido una de las vivencias más enriquecedoras a nivel cultural y personal. Algo totalmente recomendable y que hay que vivir una vez en la vida, merece la pena.