Voluntariado en un orfanato de Kenia

Mi voluntariado en el orfanato de Kenia

El verano pasado tuve la oportunidad de hacer voluntariado en un orfanato en Kenia, un país de África oriental. El orfanato alojaba a unos 50 niños de entre 4 y 12 años de edad. Al llegar, me di cuenta de inmediato de lo importante que era el orfanato para la comunidad local. Muchos de los niños habían sido abandonados o separados de sus familias debido a la pobreza, enfermedad o guerra. Pero, a pesar de eso, los niños me recibieron con gran entusiasmo y curiosidad. A pesar de las dificultades que habían enfrentado, eran muy vivaces y alegres. Estaba muy emocionada de pasar tiempo con ellos y hacer algo significativo para mejorar sus vidas. El orfanato les proporcionaba un lugar seguro donde vivir.

 

Las actividades en el orfanato de Kenia

Mi trabajo de voluntariado en el orfanato consistía principalmente en interactuar con los niños, organizar actividades divertidas y educativas, ayudar a los operadores del orfanato en la gestión diaria de las actividades. Trabajé como asistente de cocina, ayudando a preparar las comidas para los niños, ayudé a limpiar las habitaciones. También enseñé inglés y matemáticas a los niños mayores. Aprendí mucho sobre los desafíos que estos niños enfrentaban todos los días y traté de ser un apoyo emocional para ellos, escuchándolos y alentándolos.

Una de las cosas que más me impresionó fue su capacidad para encontrar la felicidad en las cosas pequeñas, a pesar de las circunstancias difíciles. Siempre estaban entusiasmados por jugar, aprender y divertirse. Pasé muchas horas jugando con ellos, organizamos una carrera, un juego de fútbol, un concurso de dibujo. Además, creé un grupo de lectura donde los niños podían tomar prestados libros y leer juntos. Estaban tan emocionados de aprender y tener alguien que se interesara por ellos.

Uno de los proyectos más significativos en los que trabajé fue crear un programa de estudios para los niños. El orfanato no tenía una estructura escolar formal, así que creé un plan de estudios para ellos que incluía matemáticas, escritura, lectura y otras actividades educativas. También comencé a enseñarles inglés, ya que era un idioma importante para su futuro.

 

Mi experiencia con los niños del orfanato de Kenia

Uno de los momentos más significativos de mi experiencia de voluntariado en el orfanato de Kenia fue cuando conocí a un niño llamado Bao, quien perdió a ambos padres en un terremoto. Al principio era tímido y reservado, pero después de un tiempo comenzó a abrirse conmigo. Pasamos muchas horas juntos leyendo libros, haciendo rompecabezas y hablando. Vi lo fuerte y valiente que era y aprendí mucho de él.

También pasé mucho tiempo con un niño llamado Ibrahim. Ibrahim tenía 12 años y era uno de los niños más grandes del orfanato. Tenía una personalidad muy fuerte y a menudo lideraba a los otros niños. Me pidió que lo ayudara a prepararse para los exámenes finales para poder pasar a la escuela secundaria.

Aisha, una niña de 7 años que fue abandonada por su madre poco después de nacer, también me dejó una fuerte impresión. Era una niña muy dulce y tímida, pero también muy inteligente. Ya sabía leer y escribir en inglés y me pidió que le enseñara a hablar correctamente.

Aunque mi tiempo en el orfanato fue breve, hice amistad con muchos de los niños y vi cómo mi ayuda y apoyo los hacía felices. Mantuve contacto con el orfanato después de regresar a casa, enviándoles paquetes de juguetes, libros y ropa. Fue una experiencia gratificante y espero poder volver algún día para seguir haciendo mi parte para mejorar la vida de estos niños, ya que entendí lo importante que era para ellos tener un ambiente seguro y estable donde crecer.

Fue una experiencia realmente única y enriquecedora para mí.

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