“Uniendo corazones en Bali: Mi experiencia en una misión solidaria”

Mi experiencia en una misión solidaria

Hace unos años, tuve la oportunidad de viajar a Bali, Indonesia, para unas vacaciones de dos semanas. Aunque tenía la intención de relajarme y disfrutar de las hermosas playas y la cultura local, también quería hacer algo significativo y solidario durante mi tiempo allí. Después de investigar algunas opciones, encontré una organización que brinda apoyo educativo a niños y niñas de comunidades marginadas.

Me puse en contacto con la organización y me invitaron a visitar una de las escuelas a la que brindan apoyo. Al llegar a la escuela, me recibió una multitud de niños y niñas sonrientes y emocionados. Me presentaron a algunos de los maestros y me llevaron a una de las aulas donde me presentaron a los estudiantes.

El aula estaba llena de niños y niñas de diferentes edades, algunos con uniformes escolares, otros con ropa simple y desgastada. El maestro me explicó que la escuela no tenía suficientes recursos para brindar a los estudiantes todo lo que necesitaban, incluyendo libros de texto y materiales de enseñanza adecuados.

Decidí donar algunos materiales escolares y libros que había traído conmigo y que no necesitaba durante mi estadía en Bali. Los niños y niñas estaban encantados de recibirlos y agradecidos por la ayuda.

Después de la entrega, me uní a algunos de los estudiantes para ayudar en algunas tareas del aula y ayudarles con su trabajo escolar. Fue una experiencia maravillosa ver la alegría y el entusiasmo en los rostros de los niños mientras trabajaban en sus proyectos.

Después de la sesión de trabajo escolar, pasé tiempo jugando con los niños y niñas en el patio de la escuela. Jugamos fútbol, saltamos la cuerda y cantamos canciones populares. Fue un tiempo maravilloso para conectarme con los estudiantes y ver la felicidad en sus rostros.

Cuando llegó el momento de despedirme, los estudiantes me rodearon con abrazos y agradecimientos. Me sentí muy emocionada y conmovida por la experiencia y la oportunidad de haber hecho una pequeña diferencia en la vida de estos niños y niñas.

Desde ese día, he mantenido contacto con la organización “Viento Norte Sur” y he continuado apoyándolos en todo lo que puedo. Me siento agradecida por la oportunidad de haber tenido esta experiencia solidaria en Bali. También por haber conocido a personas increíbles que trabajan duro para brindar una educación de calidad a niños y niñas en necesidad.