Mi viaje solidario en Bali

El verano pasado tuve la oportunidad hacer un viaje solidario a Bali (Indonesia) con Viento Norte Sur, una asociación sin ánimo de lucro. El objetivo del viaje era ayudar a proteger a las tortugas marinas en peligro de extinción. Como alguien que siempre ha sido un apasionado de la conservación del medio ambiente, estaba emocionado de embarcarme en esta aventura.

Actividades del día a día:

Nuestra primera parada fue en el santuario de tortugas de Viento Norte Sur en la encantadora isla de Nusa Penida (Bali), donde nos presentaron al equipo de voluntarios locales que dedicaron sus vidas a proteger las tortugas marinas. El santuario albergaba una variedad de especies de tortugas, incluidas las tortugas verdes y las tortugas carey, que están en peligro de extinción.

La primera tarea fue ayudar al equipo a limpiar la playa y eliminar los desechos que pudieran dañar a las tortugas. También ayudamos a recolectar huevos de tortuga y transportarlos al santuario, donde podrían salir del cascarón lejos de los depredadores. Fue una experiencia reveladora ver de cerca a estas majestuosas criaturas. Las tortugas eran de diferentes tamaños y edades, desde crías hasta adultos completamente desarrollados. Las crías eran diminutas y frágiles, no más grandes que el tamaño de mi palma. Tuve que manejarlos con cuidado y asegurarme de que no sufrieran ningún daño.

Alimentar a las tortugas fue otra tarea emocionante. Las tortugas se alimentan con una dieta de calamares, pescado y verduras. Fue fascinante ver cómo las tortugas devoraban rápidamente su comida, sus ojos pequeños y brillantes me miraban como si dijeran: “Gracias por alimentarme”.

Además de cuidar a las tortugas, también aprendí sobre su ciclo de vida y las amenazas a las que se enfrentan. Las tortugas marinas se enfrentan a varios peligros, incluida la pérdida de hábitat, la contaminación y la caza furtiva. Los huevos y la carne de las tortugas marinas se consideran manjares en algunas culturas, lo que lleva a su caza y tráfico. Como resultado, muchas especies de tortugas marinas están al borde de la extinción

Uno de los aspectos más destacados del viaje:

Fue la liberación de las crías en el océano. Ver a estas diminutas criaturas llegar al agua y comenzar su largo viaje fue una experiencia verdaderamente inolvidable. También dedicamos tiempo a educar a las comunidades locales sobre la importancia de la conservación de las tortugas. Visitamos escuelas y hablamos con los niños sobre el papel que juegan las tortugas en el ecosistema y la necesidad de protegerlas. Trabajamos con pescadores para promover prácticas de pesca sostenible que minimicen el impacto en las poblaciones de tortugas.

A lo largo del viaje, me impresionó la dedicación y la pasión de los voluntarios locales que trabajaron incansablemente para proteger a estas magníficas criaturas. También recordé la importancia de tomar medidas para proteger nuestro planeta y las especies que lo habitan.

Fue alentador ver los esfuerzos de varias organizaciones y voluntarios para proteger a estas gentiles criaturas de la extinción. Fue una experiencia reveladora aprender sobre las amenazas a las que se enfrentan y la importancia de los esfuerzos de conservación. Pasos simples como reducir el uso de plástico y apoyar las iniciativas de conservación pueden contribuir en gran medida a preservar la biodiversidad de nuestro planeta. Juntos, podemos asegurar un futuro mejor para las tortugas marinas y toda la vida marina.

En conclusión:

Mi viaje solidario en Bali con las tortugas fue una experiencia inolvidable. Una experiencia enriquecedora y transformadora que me recordó el poder de la acción colectiva y la necesidad de trabajar juntos para proteger el medio ambiente. Salí de Bali sintiéndome inspirado y esperanzado, sabiendo que hay personas en todo el mundo que están comprometidas con la protección del planeta y sus habitantes. Mi tiempo en Bali y el proyecto de voluntariado ya han hecho un cambio en mí, ¡tenemos que cuidar de nuestro medio ambiente! Lo que he experimentado, aprendido y visto en Bali se quedará conmigo de por vida.

Gracias a Bali y a los balineses por crear recuerdos conmigo, ¡Volveré, Indonesia!

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