EL RACISMO SE CURA VIAJANDO

Actualmente vivimos en una sociedad menos racista que antes, pero eso no quiere decir que haya dejado de existir el racismo. Dicha creencia que trata sobre el odio racial y la violencia se manifiesta sobre todo en personas de piel morena y en personas asiáticas. Existen muchas medidas para combatir el racismo, sin embargo hay una forma muy distinta para luchar contra él, viajando. Como bien dice el lema de la compañía Viento Norte Sur, “El racismo se cura viajando”.

 

MI EXPERIENCIA CON EL RACISMO

Desde mi experiencia personal, sé lo que es ser prejuzgado o discriminado por varias personas por no ser igual que ellas. Llegó un momento en mi vida que odiaba tanto mis rasgos asiáticos como el lugar de donde provengo.

Tengo aun los recuerdos en mi mente de cuando iba al parque a jugar con mis amigos y conocíamos a otros niños. Me inventaba apellidos españoles del miedo que sentía de que me juzgasen o no quisieran jugar conmigo solo por el hecho de que tenía apellidos chinos.

A partir de los 10 años empecé a ir a una academia de chino. Siempre me tenían que llevar llorando porque no quería aprender a hablar mi idioma, ni nada que tuviese algo relacionado con China. Más tarde, me pusieron a un profesor particular que venía a mi casa todas las tardes, Mis padres se gastaron una gran cantidad de dinero en ese profesor para que aprendiese, sin embargo yo siempre me negaba y finalmente no aprendí nada. Sentía tanta vergüenza por ser quien era que terminé dañando tanto a mi como a mi familia por todo el racismo que había detrás.

 

EL VIAJE QUE CAMBIÓ MI VIDA

A los 15 años mis padres decidieron mandarme por primera vez a un campamento de verano en China con otros niños de mi edad con el fin de que aprendiese algo más de la cultura, las costumbres y el idioma. Yo claramente me negué al principio y les decía a mis padres que no quería saber nada de ese país, sin embargo terminé yendo porque me obligaron.

Ese verano de 2017 cambió totalmente mi vida. Fue una experiencia que nunca olvidaré, conocí a muchos niños y niñas con mis mismos rasgos que no se sentían avergonzados de donde provenían. No pude ser más feliz en ese campamento, viajé a muchísimos sitios de China, monté en camello por un desierto, monté en un “quad”.

Pero sobre todo y lo más importante fue que aprendí a quererme, a vivir sin prejuicios y sin discriminaciones. Conocí las costumbres, la cultura, el idioma y a gente maravillosa que me enseñó a estar orgullosa de ser quien soy hoy en día.

 

¿CÓMO AYUDAR?

Mi experiencia podría afirmar perfectamente el lema de la asociación, porque viajando sí que se cura el racismo. En un viaje no sólo podrás disfrutar de una experiencia turística típica, también vas a poder disfrutar una experiencia en la que vas a aprender, vas a descubrirte a ti mismo y vas a mejorar como persona, como lo hice yo.

¿Te atreves tu a vivir una experiencia única con viajes que puedan cambiarte la vida?

Si crees que una aventura como la mía merece la pena, puedes aportar tu granito de arena para que la compañía Viento Norte Sur haga realidad tu experiencia.